Que gran fin de semana he podido
vivir, plagado de emociones y sensaciones.
El viernes, como siempre, después
de salir de trabajar nos dirigimos a Arenas de Cabrales, para recoger el
dorsal, control de mochila y saludar a un montón de buena gente del mundo del
trailrunning, o sea… unos cuantos locos jejeje. Seguidamente para el hotel a
cenar y estar unas horas de relax (cosa difícil) y a las 22:00 nos pusimos
rumbo a Covadonga. Los minutos hasta la salida os los podéis imaginar, un
amasijo de nervios buffff…
A las 00:00, y tras darnos unos
consejos sobre el estado de cada uno de los macizos por los que pasaríamos y del
estado de la nieve (al salir de noche y con frío, estaría dura), el ansiado
momento dio comienzo…
Salimos muy reservones, pues la experiencia del año
anterior me hacía ser prudente. Antes de dos horas estaba en los Lagos de
Covadonga, donde me esperaba el primer avituallamiento. Hasta aquí todo normal,
salvo por el barro y por la sorpresa que nos dieron nuestros familiares y
amigos que se desplazaron allí para darnos ánimos, bufff que subidón. En los Lagos aprovechamos para comer algo, y vuelta
a correr.
En poco tiempo estamos en el pozo
del Alemán donde comienza la subida a Vegarredonda. Sigo bien y muy entero.
Pasamos al lado de Vegarredonda y al fondo se ve la serpiente de luces de las frontales,
qué gran espectáculo!!! Un poco más adelante decido ponerme los crampones, más
que nada por seguridad, la noche esta preciosa y en algún momento puedo ver el
cielo sobre los Picos de Europa, algo que recomendaría a todo el mundo, se
pueden ver millones de estrellas… qué pasada! El frío está presente y me abrigo
un poco. Este año no creo que se marche la nieve de Picos en todo el verano,
parecía que estábamos en invierno. A las 5:25 me encuentro en el Boquete, ante
sala del descenso a Caín. Me emociono. Tengo el primer macizo casi listo, me
doy un respiro y me siento a comer, que bien me sienta jejeje. Respiro
profundamente y nos ponemos de nuevo en marcha. La nieve está genial e incluso
puedo correr, al poco tiempo paro para quitarme los crampones y me hidrato. El
frío hace que te deshidrates más rápidamente, hay que tener cuidado. Comienzo a ver las luces de
Caín y miro el reloj. Entro en tiempo, es lo que me importa. Sigo descendiendo
y oigo detrás de mí, Deme, Deme! Me giro y es mi compa y amigo Charly!!! Nos
despistamos en la salida uno del otro y la verdad, me fastidiaba no poder
correr con él esta gran carrera, pues significaba mucho para mí. Después de
saludarnos efusivamente y reírnos un poco, seguimos descendiendo todavía más
motivados por el reencuentro.
Llegamos a Caín a las 7:00. Nos
sobran 30 minutos, qué lujo! El cierre de control era a las 7:30. Cambio de
calcetines (Lurbel cómo no), comer, beber algo y encaminarnos a la canal de Dobresengos,
unos 2000 m. de ascenso, casi nada!! Salimos con niebla y a unos 1400 m. hay un sol espectacular, y Picos
nos brinda sus montañas en todo su esplendor. Al mirar hacia abajo, mar de
nubes. Hacemos un pequeño alto en la canal para tomar un tentempié. A partir de
aquí formamos un buen equipo, ya que ahora también está con nosotros Zara, qué
manera de motivarnos. Seguimos ascendiendo, y la Horcada de Caín nos da el
primer toque, estábamos sufriendo por el calor, el cansancio acumulado y el
desnivel salvado hasta el momento. Salimos de la Horcada haciendo culo-esquí,
jejeje una nueva modalidad TRAVESERA, lo cual nos facilita el descenso, por lo
menos unos metros. En 50 minutos estamos en Urriello y seguimos entrando en
tiempo en los controles. Me encanta este lugar… para mi es mágico. La zona
estaba muy animada, pues allí coincidíamos los que participábamos en la
TRAVESERA y los de la TRAVESERINA. Fue una pasada ver a amigos que participaban
en ella, creo que todos nos emocionamos un poco.
La lucha continuaba y el reloj
seguía imparable su curso. Empezamos a ascender hacia la Collada Bonita… y aquí
fue donde conocí al mismísimo SATANAS! El ascenso fue durísimo, pues la nieve
debido al sol estaba muy blanda y te enterrabas en ella, dabas un paso y retrocedías
otro. Nos ponemos en fila, y Zara como si de un tanque se tratara, comenzó a
guiarnos por aquella pared, pues no tenía otro nombre, firme e imparable y a
buen ritmo. Al llegar a la Collada, el esfuerzo realizado empezó a notarse… me
quedé sin fuerzas jejeje… me vi débil. Dios que situación!!! Aún me quedaba
descender aquella pared y llegar a las Vegas de Sotres… (por un momento me vine
a bajo). Descendemos de la Canal por un tobogán tallado en la nieve, imaginaros
la velocidad que podíamos coger, de VERTIGO!!! Al llegar abajo trotamos un poco
y me tengo que detener… Charly me grita VAMOS!!! Con la mano le digo que tire,
pronto le tengo a mi lado preocupado, le digo que estoy mal, me duele el estómago
y tengo ganas de vomitar… Le veo alejarse, con un trote suave pero constante y
me empiezo a motivar. Me digo, trota tú un poco… vamos… venga que puedes… no
puedes dejar que esto termine aquí, no oyes a tus amigos animándote,
VAMOSSSS!!! Empiezo a correr con un poco más de alegría y veo a lo lejos a
Charly, voy a tope!!! Llegar a las Vegas de Sotres y ver a mis familiares y
amigos fue la guinda. Cuando llego están preocupados, me dicen que tengo muy
mala cara, que parezco un cadáver… pero al verme sonreír, todos se tranquilizan.
Jejeje… están acostumbrados a estos sufrimientos que les doy.
Queda por ascender el último
monstruo, la Canal de Jidiello, y casi lo habremos conseguido. Sin demora y
tras comer algo y reponer agua en los bidones nos ponemos en marcha. Toda la
gente nos anima y aun nos da más subidón. Esto empieza, les grito. 1000 m. nos
separan de la cima de la canal, así que a apretar los dientes y sufrir, no nos
queda otra. Esta vez si que vamos bien, incluso adelantando a otros corredores.
En esta zona, como en las anteriores, niebla hasta los 1400-1500 m. y después un
sol espectacular. El último tramo de la Canal, como cave de esperar es el más
duro, primero unos caminos rotos, que parecen llevarte a ninguna parte, y
después un cruce de neveros como para desesperarte, pero seguimos juntos,
animándonos unos a otros y eso es lo que nos hace fuertes, eso es lo que hace
marcar la diferencia con el resto. Unas cuerdas para darte seguridad y una
cadena para darte el impulso final de ascenso y lo tenemos!!! Nos tiramos en el
suelo y contemplamos un poco el maravilloso espectáculo que nos ofrece Picos de
Europa. Desde aquí es casi todo descenso hacia el Jito de Escarandi. Corremos,
trotamos, seguimos con el culo-esquí, nos animamos, sufrimos pero más que nunca
estoy seguro que lo conseguiremos, más que nunca en mí mente retumban las
palabras que yo mismo me digo… “cree en ti mismo”… y valla si creo!
Estamos en los últimos tramos de
nieve y pasamos al lado del Casetón de Andara, los de la organización nos
animan a seguir a este ritmo, diciéndonos que lo conseguimos… Ya solo 3 km nos
separan del Jito Escarandi, pero que largos se nos hacen… Por un momento nadie
habla, el esfuerzo es monstruoso y el cansancio está presente. Son muchos km los
que llevamos y sobre todo mucho desnivel, las piernas como si fueran rocas,
pero algo nos impulsa a seguir, a superarnos una vez más.
Jito Escarandi!!!! La gente que
se encuentra en este control nos recibe con una gran ovación y entre ellos
nuestros familiares!! Bufffffff… los ojos vidriosos al poder ver entre ellos
también a mi amigo y entrenador Oscar Luis Morales, de Estudio Funcional.
Solo 15 km y cruzaremos la meta, vamos que lo tenéis!!! Nos gritan. Entre
risas y bromas nos alejamos del último avituallamiento…
Intentamos mantener el ritmo para
que el paso del tiempo vaya a nuestro favor y nos permita llegar con tiempo a
Cabrales. Subimos, bajamos, barro, algún tropezón, y de repente niebla… Hay que
poner los 5 sentidos, para poder ver los banderines que marcan el camino.
Respiro hondo y me digo que no hay que ponerse nervioso, que sería una pena
perdernos aquí a unos 5 km de meta. Empiezo a recordar estos sitios, alguna
braña, algún árbol majestuoso y sonrío… sé donde estoy jejeje!!! Nos agrupamos
para no perdernos y seguimos manteniendo el ritmo. Tenemos la Senda de Caoru (antigua
calzada Romana) a mano. Nos encontramos con otros corredores, charlamos con
ellos, nos damos ánimos mutuamente y decidimos seguir. Estamos muy animados,
primero trotando y después corriendo pero siempre con ilusión y con muchas
ganas. Por fin, y echando el último aliento, llegamos a la meta, que este año se
hace más animada que nunca puesto que la organización decidió que cruzara Arenas
de Cabrales. Aplausos y más aplausos, nos hacen sentirnos héroes y al cruzar el
arco de meta el corazón en un puño… Lo habíamos conseguido, éramos FINISHER!!!!
Mil imágenes en mi mente, mil
sensaciones en mi corazón, y muy orgulloso de poder terminar por segundo año
esta carrera tan dura en compañía de Charly y Zara.
Daros una vez más las gracias a
todos (a los que estaban físicamente presentes y a los que me mandabais ánimos
desde las redes sociales). No tengo palabras para describir todo lo que me
transmitís, toda la fuerza que me dais… Me siento en deuda con todos y cada uno
de vosotros… GRACIAS POR ESTAR AHI!!!