Hola amigos/as! Hace casi una
semana que terminé mi RETT-O, y estos días aproveché a descansar y a disfrutar
de todas y cada una de las horas que dedique a conseguir mi sueño…
Todo empezaba el día 6 a las 3:00
de la mañana en Belorado (Burgos). Pronto mis ojos se acostumbraron a la noche
y comencé a trotar. Qué ganas tenía de verme metido en faena! Las horas pasaban
y para desayunar me encontraba en Burgos. Primeras fotos, y la posibilidad ver
esta ciudad desde otra perspectiva, pues nunca entre a ella corriendo sino en
coche y la verdad que se ve de otra manera. Continuo mis pasos hacia el destino
de ese día Frómista. Empiezo a ver a los primeros peregrinos y comienzo a
hablar con ellos. Es increíble a cuanta gente se puede conocer. La primera
pareja es un padre y una hija Italianos, empezaron el camino el 26 de Julio e iban
despacio pues el padre tenía una tendinitis. Intercambiamos risas y prometemos
hacer que la vida nos haga coincidir para comer un buen plato de pasta. El día
pasa con el típico sufrimiento de las horas acumuladas y tras unas 19 horas y
115 km consigo llegar al final de mi primer destino. En el albergue aun tengo
tiempo de regalar alguna chapa del RETT-O y comentar incluso con la señora del
albergue el porqué de mi aventura. Todos están alucinando. Me retiro a
descansar pues me queda una larga jornada.
A las 3 de la mañana mis pasos me
guían al nuevo destino, León. Era una etapa muy favorable pues era bastante
llana, pero el sol me daría una buena paliza. Al poco de empezar a caminar y desde
un pequeño saliente, me surgió un personaje del Camino. Ataviado con una túnica
y con unas cuantas velas a su alrededor, empezó a rezar y desearme suerte para
el camino que emprendía… la verdad me quedé alucinado. No sabía si todavía
estaba dormido o aquello era producto de mi imaginación, y después de unos
minutos me pidió un donativo… en fin, son curiosidades del camino. A las 9 el
sol parece empezar a castigar muy fuerte, me pongo protección como unas
barritas y continuo camino. El sol es abrasador y veo a muchos peregrinos que
comentan que la etapa la harán más corta, pues el sol les impide continuar. Yo
tengo que llegar a León y tras otras 18 horas y pico, y 113 km me veo al lado
de la Catedral. Cena y a dormir.
Mi destino del tercer día era
Ponferrada. Sabía que sería duro, tenía el puerto de la Cruz de Ferro y el
cansancio de estos días empezaba a notarse.
La noche es cerrada y dejo atrás
León. Enseguida empiezo a trotar y mantengo un ritmo cómodo, paso por la Virgen
del Camino y continuo siguiendo las flechas. De repente me veo en una pista como
de arena muy cómoda y continúo a buen ritmo, se hace interminable… Veo luces de
pueblos a los lados y mi mente me juega malas pasadas, seguro que aquel pueblo
es Astorga… pero para nada, aun estaba muy lejos! Las horas pasan y un pequeño
pinchazo en el gemelo se acentúa con el esfuerzo. Al llegar a Astorga decido ir
al médico para evitar daños mayores. Es solo un pequeño desgarro muscular. Un
ibuprofeno, un poco de crema y un buen desayuno me hacen volver a la
normalidad. El sol de nuevo está castigando muy duro y a muchos peregrinos los
encuentro descansando en alguna sombra. Me paro, charlo con ellos y continúo
camino hacia la Cruz de Ferro. La subida al principio es muy liviana, pero
luego empieza a inclinarse. Debido al sol, al cansancio y demás, sufro una
pequeña pájara y tengo que parar en el pueblo antes de la Cruz… Tomo un té para
que no me dé un tortazo en el estomago algo frío y decido descansar. Pasan los
minutos y parece que me encuentro algo mejor. Veo el reloj y es casi la hora de
comer, así que aprovechó para meter algo en el estómago. Recuperado y con las
fuerzas recobradas, recibo la llamada de Cárles Aguilar que me termina de dar
el empuje para ascender hasta la Cruz (decir que Cárles me llamaba todos los
días, ¡qué gran persona!). Al llegar, foto de rigor y continuar ahora descendiendo
hacia Ponferrada. Muy pronto la diviso a lo lejos y motivado empiezo de nuevo a
correr. En Molinaseca hago una parada para tomar un refresco y un helado… uffff
qué bien me sientan! Hoy consigo llegar en unas 16 h y hago 103 km. Tras la
cena, el merecido descanso.
Siguiente destino, Sarriá. Con que
silencio me despide Ponferrada… Me alejo entre la oscuridad de la noche y me
giro para ver como duerme la ciudad. Continúo con un suave trote y poco a poco
me adentro en viñedos y bosques. Hoy tengo hambre más temprano que otras veces
y decido parar en un banco en medio del bosque. Saco mis barritas, unos sanwich
y apago el frontal. De repente entre la maleza cercana un ruido de maderas
rompiéndose y helechos moverse… Enciendo de nuevo el frontal y era un jabalí
que pasada, tan cerca… Olisquea por los alrededores y de nuevo se pierde entre
la maleza. Qué afortunado me siento, no sin pasar un poco de miedo, la verdad. Recojo
el desayuno y me pongo de nuevo en marcha. Hoy tengo que subir 3 puertos. El
primero el de O´cebreiro, lo subo bastante cómodo. Hay peregrinos que madrugan,
aunque no tanto como yo, para quitar con el fresco de la mañana esta subida.
Charlo con alguno y continúo subiendo. Me llaman la atención un grupo de
tiendas de campaña en uno de los laterales de la subida, sus ocupantes están
fuera de las tiendas y todos miran al mismo lado… como hipnotizados… Después de
pasarles unos metros me giro y también miro, está amaneciendo y es un verdadero
espectáculo. En unos minutos me veo en el Albergue de este puerto. Sello las
credenciales y sigo. Una fuerte bajada al principio y un ligero ascenso después.
Éstos sube baja se alternan un buen rato y al final estoy en el puerto San
Roque. Una gran estatua de Santiago preside este puerto. El siguiente puerto
nunca lo olvidaré… primero te mete hacia un pueblo y después te saca a la
carretera general, y de nuevo te mete hacia el interior. Una gran cuesta es el
tramo final. Al llegar arriba me sentí muy débil y con algún mareo, así que me
senté en la terraza de un bar y decidí tomar un refresco y meter algo sólido en
el estómago. El camarero me pregunto si iba con algún compañero… jejeje qué
manera de comer! Recuperado de este mal trago, continúo descendiendo hacia
Triacastela. Hoy me siento muy cansado y tengo ganas de llegar. Fueron 93 km y
pensé que tardaría menos, pero al final fueron algo más de 15 h. Según me metí
en la cama creo que desperté en la misma posición.
Llega el último día… Nervios en
el estómago, y debido al cansancio decido ponerme en marcha muy temprano. A las
00:00 empiezo mi última etapa. Hoy con una motivación especial, veré a mi
familia en Santiago y en Palas de Rey, me espera Rubén para afrontar conmigo
los últimos 64 km. Estoy muy cansado y me cuesta mantenerme despierto, con el
consiguiente estrés por tener que ir mirando la dirección de las flechas. Este
desgaste me lleva a perderme… Analizo la situación y decido utilizar la
tecnología. Me descargo un programa del Camino y me soluciona el problema. Lo
único que tendré que caminar por asfalto 19 km hasta Portomarín. Aprovecho y
empiezo a correr. Sube, baja, recta, sube y por fin esta población. Conecto de
nuevo con el camino y continúo. Otro problema al que tengo que hacer frente
esta noche es que casi todos los perros del lugar están sueltos y en algún
momento tengo miedo de recibir algún mordisco. A pesar de perderme, debí de
llevar un buen ritmo pues en unas 6 h y 30 min consigo completar los 47 km que
separan Sarriá de Palas de Rey. Llamo a Rubén y le digo donde nos veremos. Yo
aprovecho para desayunar y descansar un poco. El gemelo me vuelve a pinchar y
lo tengo algo hinchado. Quizás el enfriar me produjo esto. Llega mi compañero y
comenzamos a trotar muy suave, pues casi no puedo…Me empieza a calentar el
gemelo y muy pronto nos encontramos corriendo como Dios manda. Las horas pasan
y conocemos nuevos peregrinos, entre ellos a Juan Chico que también nos
acompaña corriendo. Intercambiamos risas y comentarios, y sin darnos cuenta
estamos en Melíde… uffff qué pasada! Estoy mejor de lo que pensaba. Nos hacemos
fotos y después de tomar un tentempié Rubén y yo nos despedimos de Juan, y
prometemos volver a vernos (haremos todo lo posible). El calor es abrasador y
el dolor del gemelo parece que quiere hacer su presencia en este tramo final. Qué
manera de sufrir! Pero la causa lo merece. Tomamos algún helado, algún refresco
y nos vemos ascendiendo Monte do Gozo. Un ciclista que vi los días anteriores
nos trae hielo para echar en los botes. Menudo detallazo! Es muy de agradecer.
Por fin vemos Santiago a nuestros pies, y nos abrazamos. Últimos 4 km y esta aventura
estará terminada. Iniciamos el descenso y comenzamos a serpentear por las
calles de Santiago. Los calambres hacen también acto de presencia… uffff qué
dolores! Aprieto los dientes y con los ánimos de Rubén entramos triunfantes en
la plaza del Obradoiro, donde todos los dolores y calambres desaparecen al ver
a mi familia, besos, abrazos y las fotos de RETT-O CONSEGUIDO son el colofón de
esta etapa tras casi 21 h y 115 km.
Quisiera agradecer a mi familia
el apoyo que me dieron en todo momento, a mi mujer las llamadas de teléfono y
los mensajes recibidos, cuando más débil me encontraba. A Carles su apoyo incondicional.
A Rubén solo puedo decirle que gracias, que seguro que sin él este último tramo
no hubiera sido tan fácil, él supo llevarme a la meta. Agradecer a Josele su
preocupación por mí. Solo espero que le hayamos dado a esta enfermedad la
difusión que él quería y que se merece. También quiero dar las gracias a esa
familia que formamos mis patrocinadores y yo, pues en estos tiempos de crisis a
pesar de todo, siempre están a mi lado, antes de que yo les pida nada ellos ya
están involucrados y ayudándome, gracias:
LURBEL, VIKA, BES-T España y VICTORY ENDURANCE, éste RETT-O, también es vuestro!!!